colaboración para el tratamiento de Amarok ponerse en contacto con Mercedes al mailperrosprotegidos@gmail.com --- MERCEDES
tal como me pediste, aquì va un resumen de la historia de Amarok, con fotos
Amarok vivìa en el playòn de un depòsito de chatarra en el barrio de Caballito, pegado a las vìas. A principios del 2008 comènzò a mostrar problemas en la pata trasera izquierda, esto fue notado por un matrimonio vecino que generalmente iba a llevarle caricias y comida. El dueño de Amarok, el sereno del depòsito, no le dio la atenciòn veterinaria que hacìa falta, y tampoco el tratamiento indicado por el veterinario que este matrimonio pagò (hasta le hicieron un par de radiografìas!), hasta que a mediados 2008 este sereno se fue del lugar y la dejò allì, con una discapacidad muy importante en ambas patas traseras. El dueño del depòsito se compadeciò de la perra y permitiò que siga allì, y un joven estudiante de veterinaria que trabaja a una cuadra la visitaba, le daba alguna medicaciòn y controlaba su estado general.
Con el abandono, el deterioro siguiò avanzando ràpidamente, hasta que poco después de mitad de año Amarok ya no pudo caminar en sus cuatro patas y comenzò a desplazarse impulsàndose con las patas delanteras.
El 18 de diciembre un grupo de voluntarias, por lo que se alertadas por este joven estudiante, decidiò llevarla a que le tomen nuevas placas radiogràficas en el instituto donde la atiende Dra. Graciela Sterin, pero tuvieron que devolverla al playón porque no se consiguiò hogar de trànsito. El 31 de diciembre fuimos con Nora Camarota a limpiar la cucha precaria y el pedacito de terreno con alguna sombra. Nos encontramos con un panorama desolador, supongo que el mismo que vieron las otras voluntarias el 18 de diciembre. Limpiamos restos miserables y mugrientos de todo tipo de materiales, sacamos, limpiamos y volvimos a instalar el rack de madera donde estaban apoyados, erradicamos cucarachas del tamaño de una cuchara de sopa, pusimos un colchòn nuevo y mantas limpias, sacamos trozos de vidrios y deshechos de comida del pequeñito espacio con sombra, y le dimos un baño que recibiò casi dirìa hasta agradecida. Cuando empezamos a preparar todo para irnos su expresiòn de resignada tristeza nos conmoviò el alma y el corazòn. Y esa noche serìa toda la pirotecnia de Fin de Año. No pude dejar de pensar en Amarok.
Nos enamoramos de ella. Yo decidì recibirla en mi departamento con la sensaciòn de que es la representante representativa de todos los perros que no puedo salvar.
El 3 de diciembre fuimos a una reuniòn con la Dra. Sterin placas en mano, pero ella firmemente dijo que sin ver a la perra no podìa hacer ningùn pronòstico. Con toda la rapidez posible fuimos al playòn, la subimos al auto de Nora acomodando los asientos y viajamos de regreso apretadas pero felices.
El pronòstico luego de la revisaciòn exhaustiva que hizo la Dra. Sterin es que podrà recuperar el movimiento y desplazamiento en sus cuatro patas, tal vez en dos meses, tal vez en tres, y luego la trajimos a mi departamento donde fue rabautizada Amarok (antes llamada Diana). Amarok es la palabra inuit correspondiente a lobo, y recibiò el nombre como bendiciòn para volver a caminar. El lobo es animal sagrado para las tribus inuit-esquimales, es el lobo domesticado y transformado en perro de trineo, cuyo origen de libertad es leyenda y mito.
Desde su primera sesiòn de kinesiologìa (dos veces por semana, una vez en domicilio y la otra en el instituto), ha mostrado progresos màs que notables, ha padecido pielonefritis (tìpica de los perros que arrastran los cuartos traseros), y pasado el amor a primera vista, puedo decir que ahora es amor real y tangible.
Amarok es un animal lleno de cariño y ganas de vivir, un poco melancòlica porque ve caminar a sus otros hermanos (tengo tres perros propios y una refugiada, es decir cinco canes en un departamento pequeño con gran balcón), mimosa como la que màs, que se adaptò a todo con mucha paz.
Es un trabajo intenso cuidarla, ya que como no puede moverse, cuando hace pis hay que ponerle toallas de inmediato para secarla y secar el piso (luego limpiar perfectamente) y cuando mueve el intestino hay que levantar de inmediato su deposiciòn para evitar que la desparrame cuando quiere alejarse como buena prolija y pudorosa que es.
Hay que higienizarla todos los dìas para que no le quede olor a orina, y tambièn cepillarle el pelaje para que no se le formen lanas indeseables.
Hoy es un dìa lluvioso, nublado, hay poca luz natural. Duerme sobre una manta junto a la mesita de la computadora, acompañada de su fiel Crunch con quien se han adoptado y se cuidan constantemente, Crunch pequeñita y esbelta, Amarok ovejera grandota de colmillos temibles.
La vida no es perfecta, no lo es, pero por lo menos es agradable para Amarok, protegida y abrigada, y sobre todo mimada y con mucho cariño todos los dìas.
Mando fotos para que la conozcas.
Te mando besos.
Mercedes
Amarok vivìa en el playòn de un depòsito de chatarra en el barrio de Caballito, pegado a las vìas. A principios del 2008 comènzò a mostrar problemas en la pata trasera izquierda, esto fue notado por un matrimonio vecino que generalmente iba a llevarle caricias y comida. El dueño de Amarok, el sereno del depòsito, no le dio la atenciòn veterinaria que hacìa falta, y tampoco el tratamiento indicado por el veterinario que este matrimonio pagò (hasta le hicieron un par de radiografìas!), hasta que a mediados 2008 este sereno se fue del lugar y la dejò allì, con una discapacidad muy importante en ambas patas traseras. El dueño del depòsito se compadeciò de la perra y permitiò que siga allì, y un joven estudiante de veterinaria que trabaja a una cuadra la visitaba, le daba alguna medicaciòn y controlaba su estado general.
Con el abandono, el deterioro siguiò avanzando ràpidamente, hasta que poco después de mitad de año Amarok ya no pudo caminar en sus cuatro patas y comenzò a desplazarse impulsàndose con las patas delanteras.
El 18 de diciembre un grupo de voluntarias, por lo que se alertadas por este joven estudiante, decidiò llevarla a que le tomen nuevas placas radiogràficas en el instituto donde la atiende Dra. Graciela Sterin, pero tuvieron que devolverla al playón porque no se consiguiò hogar de trànsito. El 31 de diciembre fuimos con Nora Camarota a limpiar la cucha precaria y el pedacito de terreno con alguna sombra. Nos encontramos con un panorama desolador, supongo que el mismo que vieron las otras voluntarias el 18 de diciembre. Limpiamos restos miserables y mugrientos de todo tipo de materiales, sacamos, limpiamos y volvimos a instalar el rack de madera donde estaban apoyados, erradicamos cucarachas del tamaño de una cuchara de sopa, pusimos un colchòn nuevo y mantas limpias, sacamos trozos de vidrios y deshechos de comida del pequeñito espacio con sombra, y le dimos un baño que recibiò casi dirìa hasta agradecida. Cuando empezamos a preparar todo para irnos su expresiòn de resignada tristeza nos conmoviò el alma y el corazòn. Y esa noche serìa toda la pirotecnia de Fin de Año. No pude dejar de pensar en Amarok.
Nos enamoramos de ella. Yo decidì recibirla en mi departamento con la sensaciòn de que es la representante representativa de todos los perros que no puedo salvar.
El 3 de diciembre fuimos a una reuniòn con la Dra. Sterin placas en mano, pero ella firmemente dijo que sin ver a la perra no podìa hacer ningùn pronòstico. Con toda la rapidez posible fuimos al playòn, la subimos al auto de Nora acomodando los asientos y viajamos de regreso apretadas pero felices.
El pronòstico luego de la revisaciòn exhaustiva que hizo la Dra. Sterin es que podrà recuperar el movimiento y desplazamiento en sus cuatro patas, tal vez en dos meses, tal vez en tres, y luego la trajimos a mi departamento donde fue rabautizada Amarok (antes llamada Diana). Amarok es la palabra inuit correspondiente a lobo, y recibiò el nombre como bendiciòn para volver a caminar. El lobo es animal sagrado para las tribus inuit-esquimales, es el lobo domesticado y transformado en perro de trineo, cuyo origen de libertad es leyenda y mito.
Desde su primera sesiòn de kinesiologìa (dos veces por semana, una vez en domicilio y la otra en el instituto), ha mostrado progresos màs que notables, ha padecido pielonefritis (tìpica de los perros que arrastran los cuartos traseros), y pasado el amor a primera vista, puedo decir que ahora es amor real y tangible.
Amarok es un animal lleno de cariño y ganas de vivir, un poco melancòlica porque ve caminar a sus otros hermanos (tengo tres perros propios y una refugiada, es decir cinco canes en un departamento pequeño con gran balcón), mimosa como la que màs, que se adaptò a todo con mucha paz.
Es un trabajo intenso cuidarla, ya que como no puede moverse, cuando hace pis hay que ponerle toallas de inmediato para secarla y secar el piso (luego limpiar perfectamente) y cuando mueve el intestino hay que levantar de inmediato su deposiciòn para evitar que la desparrame cuando quiere alejarse como buena prolija y pudorosa que es.
Hay que higienizarla todos los dìas para que no le quede olor a orina, y tambièn cepillarle el pelaje para que no se le formen lanas indeseables.
Hoy es un dìa lluvioso, nublado, hay poca luz natural. Duerme sobre una manta junto a la mesita de la computadora, acompañada de su fiel Crunch con quien se han adoptado y se cuidan constantemente, Crunch pequeñita y esbelta, Amarok ovejera grandota de colmillos temibles.
La vida no es perfecta, no lo es, pero por lo menos es agradable para Amarok, protegida y abrigada, y sobre todo mimada y con mucho cariño todos los dìas.
Mando fotos para que la conozcas.
Te mando besos.
Mercedes
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